
Imagen de Alejandra Barrutia
¿Qué es y cómo nace Voces de Malvinas?
Voces de Malvinas. Archivo de las memorias de los combatientes es un proyecto de investigación-acción nacido y radicado en el Observatorio Malvinas, dependiente de la Secretaría de Investigación y Posgrado de la Universidad Nacional de Lanús. Se desarrolla en el marco de la convocatoria “Amílcar Herrera”, desde noviembre de 2021. Surge de la constatación de una urgencia y una necesidad.
Por un lado, la urgencia del registro y preservación de los testimonios de los combatientes de Malvinas. ¿Por qué? Porque gran parte de la población de combatientes, que regresó al continente luego de la guerra de 1982, tiene más de sesenta y dos años. Algunos padecen patologías y se encuentran en un estado de salud muy precario. Otros son de más avanzada edad. Aunque parezca mentira, muchos de ellos aún no han tenido la oportunidad de dar su testimonio públicamente de lo vivido, o lo han hecho ante auditorios reducidos (familiares, amigos y camaradas, medios de comunicación locales, alumnos de algunas escuelas). Hay que llegar a entrevistar a los veteranos mientras estén con vida, dispuestos y capaces de contar sus vivencias. Con cada uno de ellos que muere sin dejar registrado testimonio de su experiencia en el conflicto bélico, desaparece una parte de la historia que resulta irrecuperable. Estas voces son patrimonio inmaterial de los argentinos que requiere ser registrado y preservado. De esta tarea urgente no se han ocupado los gobiernos ni las fuerzas participantes.
Por otro lado y, al mismo tiempo, el proyecto atiende una necesidad real y sentida, en general, por la población de veteranos: la necesidad de la escucha, el reconocimiento y la memoria. Los combatientes de Malvinas se saben protagonistas de un acontecimiento histórico trascendente, que no ha sido suficientemente reconocido ni estudiado y manifiestan, de distintas formas, la necesidad de compartir su experiencia vital con el conjunto de la comunidad nacional y preservarla para las generaciones futuras. Sienten el deber y la responsabilidad de dar cuenta efectivamente de lo vivido para que se sepa la verdad, esa verdad de la cual, en tanto protagonistas y testigos, se saben los únicos depositarios. Muchos han asumido la misión de mantener viva la memoria de los caídos, por eso, además de contar sus experiencias, relatan las historias de quienes ya no pueden hablar porque quedaron en las islas y en el mar.
Todos y cada uno de los combatientes del conflicto bélico de 1982 vivieron experiencias singulares, únicas. Cada veterano ha sido protagonista de algunos hechos, testigo de otros y es juez potencial de todos. Ha estado allí, en cuerpo y alma. Algunos, conscientes de la relevancia histórica de lo que hacían en las islas y en el Atlántico Sur, registraron la experiencia mientras transcurría, escribieron diarios, bitácoras, cartas, dibujaron, sacaron fotos, grabaron, filmaron. En la inmediata posguerra, con el peso de la derrota, sin amparo del Estado ni de las fuerzas armadas, cada uno hizo lo que pudo con lo vivido. Algunos comenzaron a contar, otros callaron e intentaron continuar con sus vidas como si nada hubiera sucedido, trataron de hacer tabula rasa, borrón y cuenta nueva. Al regreso, autoridades del Ejército Argentino pidieron a sus efectivos, oficiales, suboficiales y soldados no hablar de lo vivido en la guerra. Incluso, muchos debieron firmar una declaración jurada en la que se comprometían a guardar silencio. A pesar de eso, algunos comenzaron a hablar a quien quisiera escucharlos, a dar testimonio de lo que habían hecho, visto, oído y vivido y también, a contar las historias de los compañeros caídos. Otros guardaron silencio. A muchos les llevó tiempo, meses, años, décadas poner en palabras, ordenar y compartir lo vivido en 1982. Cuarenta y tres años después hay quienes aún no han hablado de la experiencia de la guerra. Se enfrentan a los límites de lo decible y lo contable.
¿Por qué volver a la experiencia de la guerra? ¿Para qué hacer este registro de las voces de Malvinas? La guerra de Malvinas es un acontecimiento histórico crucial, un tema incómodo, complejo, doloroso, paradojal, clave para comprender, no sólo el pasado, sino también los desafíos del presente. A pesar de su relevancia, el conflicto bélico de 1982 ha sido muy escasamente abordado en las universidades argentinas y el sistema científico nacional. Queda mucho por saber, conocer, investigar y producir al respecto. Contamos con una gran ventaja, aún tenemos protagonistas vivos. La población de combatientes de 1982 es vasta, heterogénea y múltiple. Los veteranos de Malvinas tienen diferentes orígenes sociales, procedencias geográficas y tradiciones políticas. Constituyen una muestra de la comunidad nacional. Participaron de la guerra como miembros de las distintas fuerzas armadas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea) y de Seguridad (Prefectura y Gendarmería), con diversos rangos.
Los testimonios de los combatientes son historias que generan identificaciones, empatía, rechazos, piedad, afecto, respeto, lástima, misericordia, vergüenza, admiración, indignación, orgullo, afirman valores y promueven acciones. Dan cuenta de lo que los combatientes hicieron, lo que significó y significa para ellos, lo que hubieran querido hacer y lo que debieran haber hecho. Son historias que hablan de la Argentina y los argentinos, nuestras potencialidades y miserias, nuestras fortalezas y debilidades, de lo que los argentinos fuimos, somos y lo que podemos ser. Y esto tiene una gran relevancia política porque la memoria no es sólo conmemorativa, sino también prospectiva: se proyecta hacia el porvenir. Son modos de hacer presente el pasado, de actualizarlo, de darle sentido en función de las necesidades actuales y de un futuro deseado.
¿Cuántas entrevistas llevan realizadas?
Al 1ro de marzo de 2025 llevamos realizadas un total de 401 entrevistas. Yo, en particular, participé en la realización de 117. Además del registro audiovisual de los testimonios de los combatientes, hacemos también el registro fotográfico de los objetos de la guerra que los veteranos guardaron todos estos años (cartas, notas, ropa, restos de material bélico, estampitas, rosarios, medallas, banderas, insignias, fotos, etc.). Toda la documentación producida se integra al acervo del Archivo General de la Nación y a los repositorios de las instituciones participantes.

Imagen de Florencia Giordano
¿En cuántas instituciones se desarrolla hoy VDM?
Participan de Voces de Malvinas: siete Universidades Nacionales del Área Metropolitana (Lanús, Avellaneda, Lomas de Zamora, La Matanza y La Plata), Universidad de la Defensa Nacional (UNDef) y Universidad Nacional de las Artes (UNA) junto a Senado TV, Centro de Estudios Etnográficos, Universidad Nacional del Nordeste, Universidad Nacional de Rosario, Universidad Nacional de la Rioja, Universidad Nacional de Catamarca, Universidad Nacional del Comahue (Centro Universitario Regional Zona Atlántica), Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Federación de Veteranos de Guerra de la Provincia de Buenos Aires, Centro de Veteranos y Municipio de Almirante Brown, Centro de Veteranos de Lanús y su organización de hijos (Herederos de la causa), Centro de Exsoldados Combatientes de Malvinas de Santa Fé, la cooperativa Radio Gráfica y dos escuelas secundarias (Instituto Nuestra Señora del Rosario, de Bialet Masse, Córdoba, y Escuela República Oriental del Uruguay de Concordia, Entre Ríos).
Si alguna organización comunitaria o institución pública o privada quisiera recoger el testimonio de los veteranos de Malvinas de su comunidad ¿puede sumarse a VDM?
Si. Seguimos sumando equipos y voluntades a esta obra abierta por la memoria. Para participar de Voces de Malvinas escribir a vocesdemalvinasarchivo@gmail.com
¿Cómo es para vos, íntimamente, convivir con las historias personales de tantos veteranos de guerra?
Un desafío permanente. Yo sabía poco y nada de la relevancia de Malvinas en la historia argentina y, específicamente, de la guerra de Malvinas. Nunca había, ni siquiera, jugado a los soldaditos, ni me gustaba el cine bélico; y, sin embargo, creía que entendía y que podía explicar. Lo primero que tuve que aprender es que, si quiero verdaderamente comprender, tengo que escuchar a los protagonistas y desaprender las explicaciones reduccionistas, repetidas hasta el hartazgo en estos cuarenta y tres años, que cancelan y obturan la comprensión de la complejidad. Y en este proceso, hay que dejar de ir a buscar en los testimonios sólo eso que confirma las interpretaciones teóricas de las que partimos. Mucho mejor es escuchar y analizar la pluralidad, los claroscuros, los matices y, a partir de ahí, producir interpretaciones que aporten a la comprensión de la multidimensionalidad de la guerra, que no clausuren, que no cierren; sino más bien que abran y habiliten el surgimiento de nuevos interrogantes y respuestas. La entrevista está centrada en cada combatiente, lo que supone la aceptación de sus marcos de referencia por parte de los entrevistadores, para explorar juntos la experiencia de la guerra en la historia de su vida, en su propio horizonte valorativo. Para eso hay que abrir los sentidos, disponerse a ver y oír lo inesperado, dejarse anonadar y sorprender. Se trata de entrevistar a los veteranos, no para confirmar modelos teóricos, juicios o prejuicios de los que se parte, sino para conocer todo lo que ellos tienen para contar acerca de sus vidas antes, durante y después de la guerra, una inmersión en la perspectiva de protagonistas del acontecimiento extremo de la guerra.
En Voces de Malvinas no hacemos casting de veteranos, no entrevistamos solo a los amigos o afines, sino que nos proponemos registrar los testimonios de todos los que podamos. Convocamos a oficiales, suboficiales y soldados, de las distintas fuerzas, de diversos orígenes sociales y tradiciones políticas. Todos, sin excepción, se han ido profundamente agradecidos por el respeto y por la preservación de sus testimonios para el futuro. Esto genera un efecto muy fecundo no previsto: la posibilidad de que se escuchen entre ellos también, que encuentren coincidencias, que comprendan a otros con los que han estado distanciados. Además, hacen públicos reconocimientos y otros asuntos pendientes y desencadenan acciones para atenderlos. En las entrevistas de Voces de Malvinas se crea un espacio de confianza, una atmósfera de intimidad, en algunos casos, confesional. Con nosotros evocan recuerdos olvidados, se ríen, lloran, se enojan y se van agradecidos. Varias esposas e hijos nos han comentado que de muchas cosas se enteraron por Voces de Malvinas. Algunos se reencuentran por primera vez, después de la guerra, con camaradas, subordinados y superiores, a partir de la difusión de sus testimonios.
Semana a semana comprobamos que estas voces tienen mucho para decir de lo que los argentinos somos, de lo que fuimos y de lo que podemos ser. Constatamos que no hay testimonios menores, que el recuerdo de la experiencia de cada veterano, en los diversos roles de combate y oficios en la guerra, aporta a la comprensión de la complejidad.
Voces de Malvinas es una experiencia de investigación-acción apasionante, cala hondo en todos los que participamos de ella. El ejercicio periódico de la escucha atenta y el registro de los testimonios de diferentes veteranos de guerra resignifica la propia pertenencia a la comunidad nacional, el ser argentinos, la unidad en la diversidad, amplía el potencial formador y transformador de la universidad pública.
En lo personal, siento que no me va a alcanzar la vida.
¿Cuáles son los planes a futuro de Voces de Malvinas?
Seguir trabajando con prisa y sin pausa. Fortalecer y ampliar la red de equipos. Cubrir todas las regiones del país y registrar la mayor cantidad posible de Voces de Malvinas, producir micros, cortos, podcast, documentales, muestras, que se integren a los distintos niveles del sistema educativo y se escuchen en distintos ámbitos, cada vez más.
En febrero y noviembre de 2023, viajé a las islas junto a Rosana Guber y su equipo en el marco del proyecto PICTO Malvinas 2021: El rostro y la savia de la guerra de Malvinas. Organización social y política comparada del mando y la logística en dos combates terrestres, 11-14 de junio, 1982. Hicimos trabajo de campo en los Montes Longdon y Tumbledown y el valle del Moody y recorrimos Puerto Argentino, San Carlos, Darwin y Pradera del Ganso y otros campos de batalla. Entrevistamos in situ a los tres veteranos que integran el equipo de Guber, cuyos testimonios ya habíamos registrado, en Buenos Aires, para Voces de Malvinas: Héctor Tessey (codirector de El rostro y la savia de la guerra), Teniente Primero, Jefe de la Batería C del Grupo de Artillería 3; Gustavo Pedemonte, Cabo, Jefe de un Grupo de la 2da Sección de la Compañía B del Regimiento de Infantería 7; y Raúl Castañeda, Teniente, Jefe de la 1ra Sección de la Compañía C del Regimiento de Infantería 7. Con Juan Natalizio y Gustavo Quinteiro, tuvimos la oportunidad de acompañarlos en sus regresos, filmarlos recorriendo sus posiciones y volver a entrevistarlos ahí.
Esta ha sido, tal vez, la experiencia de investigación más intensa y conmovedora de mi vida. Pude atravesar los ríos de piedra que los combatientes tanto mencionan, ver los frutitos rojos con los que engañaban el estómago cuando el hambre dolía, experimentar que, como ellos dicen, caminar por la turba es como caminar sobre un colchón, que la lluvia no cae solo de arriba hacia abajo sino que viene de todos lados por efecto del viento y es muy difícil guarecerse, que las piedras filosas de Monte Longdon parecen tiradas y clavadas desde arriba. Habitar Malvinas, conocer Puerto Argentino, caminar los cerros, los valles, sentir el viento, la lluvia y el frío (de febrero y noviembre), el sol y la calma, experimentar las distancias, atravesar los ríos de piedra, el fango, los pozos, encontrar los restos de material bélico, la ropa, las posiciones de los combatientes argentinos, ver la omnipresencia de los memoriales a los caídos británicos y los nuestros circunscriptos allá lejos en Darwin y percibir la inmensidad del archipiélago, un retazo de Patagonia en medio del vasto mar, agiganta lo que los argentinos hicieron, contra y a pesar de las defecciones de los altos mandos militares en 1982 y todas las batallas que libraron después. Volví con nuevas preguntas y el compromiso renovado de seguir trabajando con las Voces de Malvinas para comprender, recordar y participar de la batalla cultural en la que se juega el destino de la Argentina. ///// DB
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Imagen de Gustavo Quinteiro
Imagen de portada fuente @Macbaconai